domingo, 18 de octubre de 2009

Quisiera que hubiera un cielo/ que te abrazara de justicias/ y te cobijara en risas/ como las infinitas que nos regalaste

Que el infinito lleve tu nombre/ y se muera de una vez por todas la muerte/ que tu recuerdo sea la vida

Que mi vino te brinde/ que mis pies corran al ritmo de los tuyos/ que mis brazos estrechen hasta el fin tu silueta de hermano

Quisiera que hubiera un cielo/ y viviré lo que me queda/ sin perder la esperanza/ de que mi último día aquí, será el primero de nuestro reencuentro


A Felipe Luparia, un hombre que justificó a los hombres

2 comentarios:

  1. Gracias por este post.
    El recuerdo de la alegría de Feli, de su amistad de hermano, y la esperanza de reencontrarlo, están reflejadas en estas líneas.
    No me canso de leerlo y ayuda..
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Mariano, me encantó lo que escribiste. Es un fiel reflejo de lo que fue nuestro querido y amado Feli.
    Esa sonrisa y carcajada quedará en nosotros para toda la vida.
    Muchas gracias.
    Te mando un beso.

    ResponderEliminar

Piedad