Incontables hijas de la nube,
caen las gotas
fugaces como los hombres,
mueren en el mar
que es la inmensidad donde moran todas las gotas de todos los tiempos
Pienso en el poeta que en un mar de arena
en el Magreb bermejo del ocaso ardiente
añoró como yo la inmortalidad
y abrazado a si mismo quiso hallar la verdad inasible
anudando palabras impotentes
en el desierto
que es el infinito donde se gastan todos los granos de arena de todos los tiempos
Los granos de arena, las gotas, los hombres
Vana materia pasajera con la que Dios juega
en su ociosa eternidad
A PLANTAR BANDERA NOS HACE FALTA UN HAKA ARGENTO
Hace 5 días